Anne Verhoijsen
El vídeo Splitzij muestra el proceso de trabajo a largo plazo y las actuaciones de Anne Verhoijsen en colaboración con hombres de traje bordados. Entre 1999 y 2002, Verhoijsen enseñó a más de cien hombres, responsables del mundo del arte y del gobierno, en grupos de cuatro, a bordar en punto de cruz. Por ejemplo, una concejala del VVD bordó durante un debate en el Ayuntamiento de Ámsterdam y grupos de hombres vestidos de traje fueron asignados a "trabajos típicos de mujeres" en el escaparate de la esquina de De Bijenkorf en Ámsterdam. Los bordados finalmente se subastaron en ayuda de la Fundación Mama Cash, que apoya el activismo feminista.
Actuación en directo Splitzij
Tras una carrera como psicoterapeuta y profesora de yoga, Anne Verhoijsen (Someren, 1951) decidió explorar la carrera de artista a los 45 años. Su sorprendente actuación en el Kunstvlaai (2000) de Ámsterdam, en la que cuatro hombres vestidos con trajes oscuros bordaban silenciosamente sobre un mantel, fue parte de su proyecto a largo plazo Splitzij (1999-2002). D(R)AAAD. Sobre el bordado como protesta y sanación Anne Verhoijsen decidió volver a realizar la función. ¿Cómo recuerda esta recreación?
Anne Verhoijsen: “Todavía pensaba que era una imagen emocionante. Es una imagen que sigue irritando. Incluso después de veintitrés años piensas: 'Oye, ¿qué veo?' Todavía no estás acostumbrado a que los hombres de traje hagan bordados. Si las mujeres estuvieran bordando con un traje de negocios, uno pensaría que es más bien una broma. Hay más cosas que están sucediendo con los hombres, es una declaración, una imagen alienante. Lo fue y sigue siendo así”.
En 1999 y 2002, Verhoijsen enseñó a más de cien hombres, responsables de la toma de decisiones del mundo del arte y del gobierno, a bordar en punto de cruz en grupos de cuatro. Sus 'alumnos' hicieron una migaja de pan con su nombre y trabajaron en un mantel comunitario. Esto dio lugar a escenas notables, como la de un concejal del VVD bordando durante un debate en el Ayuntamiento de Ámsterdam, y grupos de hombres trajeados que fueron colocados en la ventana de De Bijenkorf en Ámsterdam para realizar el "trabajo típico de las mujeres". Los bordados finalmente se subastaron en ayuda de la Fundación Mama Cash, que apoya el activismo feminista.
Imagen: Daphne Severeijns